jueves, 25 de agosto de 2016

La diferencia entre Moral y Ética.

La moral es una práctica de acuerdos, de normas y tradiciones que rigen la conducta de los miembros de un núcleo social desde la “bondad” o “maldad” que involucran. Evalúa  prácticas de conducta y genera prácticas morales. Mientras que. La ética es un criterio científico capaz de determinar la conducta moral por medio de principios universales,  aplicables a todos los seres humanos en cualquier época y latitud. La ética analiza, y estudia la moral de los individuos para formular normas morales bajo principios y valores universales.

“La moralidad es un accidente propio del acto humano”
(García-Alonso, 2006, p.49).

La moral se trata de una ordenación natural al bien último del ser humano. Con ello, el acto humano se califica de moralmente positivo, si se ordena al fin último del hombre y moralmente negativa si no se ordena a él. Lo que se considera razonable depende de muchas cosas, el bien último del ser humano, cambia con el mismo. Ningún hombre escapa a la moralidad, todos sus actos libres tienen una calificación moral positiva o negativa. Ya sea individual o colectiva.

Sin embargo, considero que el esquema de combinaciones para determinar un juicio moral, puede ser muy útil para ponderar imparcialmente un juicio moral general, para evitar inclinaciones subjetivas, para conciliar y equilibrar al emitir un juicio moral colectivo. Pero es inexacto por la naturaleza compleja del ser humano, para cada específico humano, además cabe notar que el ser humano es cambiante en sus necesidades últimas y primarias, del bien último. 
Según el planteamiento Tomasino, de la dimensión moral del acto voluntario, está constituida por tres elementos: Objeto, fin y circunstancias. El objeto: es el que señala el fin propio de la obra (como el robo del acto de robar), su especie. Es el elemento esencial del acto humano. Puede ser bueno, indiferente o malo. El fin: señala la intención del sujeto que obra (como robar por venganza). Es el elemento principal del acto humano. Puede ser bueno o malo –nunca indiferente-. Para ser bueno exige estar orientado al fin último de toda la vida humana, al bien honesto. Las circunstancias: señalan los elementos accidentales que rodean al acto voluntario. Pueden referirse a las circunstancias clásicas: qué, cómo, con qué, con quién, dónde, cuándo. Las circunstancias pueden ser buenas, malas o indiferentes.
Para ejemplificar el uso del sistema Tomasino de juicios morales, en un caso real de mí vida: El objeto fue hacer una caricatura. El fin es la reflexión. En las circunstancias de libertad de prensa.
Mi juicio moral es positivo ya que: Un objeto bueno, + un fin bueno, + circunstancias buenas, da como resultado = una acción moral buena.  Una práctica de civismo, como es la procuración de La Democracia. Pero según las circunstancias, (instituciones reguladoras por ley, moda juvenil o las normas religiosas), puede ser indiferente o  moralmente negativo.
           
Es importante considerar que:
                    La moralidad de un acto humano se determinará por su objeto específico en conformidad o no con las exigencias y dignidad de la naturaleza racional.
                    Para que una acción sea buena es necesario que lo sean sus tres elementos: objeto, fin y circunstancias buenas.
                    Para que el acto sea malo, basta que lo sea cualquiera de sus elementos.
                    Un acto malo por su objeto mismo, nunca se puede hacer bueno por el fin o las circunstancias que se le añadan.
                    Un acto bueno por su objeto, puede corromperse o hacerse malo por el fin o las circunstancias malas.
                    La intención será buena cuando busque el verdadero bien del hombre con relación a su fin último.
                    Las circunstancias pueden hacer que un acto bueno sea mejor o que uno malo se haga peor. Pero nunca las circunstancias lograrán que un objeto intrínsecamente malo se convierta en moralmente bueno.
                    Mientras que la moralidad esencial proviene del objeto, la moralidad principal procede del fin.
                    El fin hace buena o mala una acción de suyo indiferente.
                    El fin generalmente aumenta la bondad o malicia de la acción, algunas veces torna mala una acción buena, pero nunca puede hacer buena una acción de suyo mala.
El fin no justifica los medios.
        




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